Se han jugado las finales de las Supercopa de España e Italia.
Supercopa Italiana:
Bueno, el comienzo de esta nueva temporada, que se estrenó oficialmente con la disputa en el estadio de San Siro de la Supercopa Italiana entre estos dos rivales, uno ganador de Scudetto y el otro de Copa Italia, no traiccionó las expectativas y entregó un espectáculo de primera calidad.
Inter le ganó a Roma en la definición por penales, luego de que los tiempos reglamentarios y los alargues acabaran con al pizarra de 2 a 2. En efecto, Sulley Muntari puso arriba al local, Daniele De Rossi igualó por primera vez, Mario Balotelli volvió a aumentar para el equipo nerazzurro y Mirko Vucinic, con la ayuda de una desviación involuntaria de Zlatan Ibrahimovic, le dio cifras definitivas al marcador.
El partido, además de abrir oficialmente la temporada del Calcio, también representó el debut oficial del entrenador José Mourinho en el fútbol de la península: obviamente, no podía hacerlo mejor que con la conquista de un trofeo.
Lo más relevante, sin embargo, fue que ambos equipos parecieron estar en condiciones para reeditar el duelo que fue el centro principal de interés del Calcio en las dos últimas temporada. No sólo eso, porque además ambos lucieron mejorados respecto al pasado, especialmente Inter que mostró muy claramente desde el primer momento el sello distintivo de su nuevo entrenador.
En suma, si el buen día se nota desde la madrugada, parece que este año el fútbol italiano va a entregarnos una temporada atractiva, peleada, espectacular y, para decirlo con una sóla palabra, inolvidable. Pero veamos ahora más en detalle lo ocurrido en este primer match "por los puntos".
Supercopa Española:
Había dos cuestiones que movilizaban a los hinchas al Bernabéu. Una, reprocharle a Robinho la presión que metió para pasar al Chelsea. La segunda, el primer partido en la Casa Blanca de Rafael Van der Vaart, único fichaje fuerte de la temporada.
Schuster se apiadó del brasileño y lo dejó en el banco, para que desde las gradas no lo silbaran cada vez que tocara la pelota. Lo del holandés fue patético: fue en plancha sobre Mata y recibió roja directa a los 40' PT, cuando el Valencia ya ganaba 1-0. Hasta ahí, puro malestar de los aficionados merengues, que no sabían que su equipo iba a consumar un resultado "épico", al decir de la prensa. El campeón de Liga terminó a plena euforia ante la tremenda depresión che.
Van Nistelrooy igualó de penal. Pero no alcanzaba el 1-1: el Valencia había ganado 3-2 en Mestalla. Encima, Rud fue expulsado por doble amarilla. El Madrid tenía que ir al frente con nueve.
Ramos puso el 2-1 en un discutido gol, tras un rebote. Servía, porque en la Supercopa el tanto de visitante vale doble. Pero, con dos futbolistas menos, había que aguantar 13 minutos y el descuento.
Y De la Red, que había ingresado por Guti, la clavó desde 35 metros, con ayuda de Hildebrand. Y como si esto fuera poco, el Pipita Higuaín, que había entrado por Raúl, aprovechó un mal pase de Alexis, gambeteó al arquero y remató el 4-1. Todos estos tres goles en un lapso de 11 minutos. Parecía de novela. El descuento de Morientes fue anecdótico. ¡Extasis blanco! ¡Locura por los cuatro costados! No importaban Robinho ni Van der Vaart. Los mayores elogios: para Robben, figura por despliegue y precisión.
Disfrutó Heinze, que quedó bien parado en su duelo con Villa, punta campeón de Europa con España. Y se le sumaron Saviola y Fernando Gago, que no más llegar de Pekín se fue al Bernabéu y se colgó otra medalla dorada.
Para el Madrid fue su octava Supercopa española. Y su palmarés se completa con otros 70 títulos oficiales. El próximo fin de semana arranca la Liga y le toca el Deportivo, en Riazor. La espera será muy pero muy dulce.
